Pequeños peces y tortugas encerrados en cápsulas de siete centímetros a modo de llavero se han convertido en un producto cada vez más popular entre las personas, cada vez más se vende en las entradas del metro y estaciones de tren de China.
Las protectoras de animales abogan por la prohibición inmediata de la venta del producto. Sin embargo, no existe una ley de protección animal que impida su venta, explican.
En una boca de metro, uno de estos vendedores asegura que el agua del llavero "contiene nutrientes, por lo que pueden llegar a vivir meses en el interior".
Según María Peng, cofundadora del Centro Internacional de Servicios Veterinarios, los peces y las tortugas no pueden sobrevivir mucho tiempo en una bolsa de plástico sellada ya que "se quedan pronto sin oxígeno".
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